Salgo a la calle y pinto el cielo de
amarillo limón y cierro los ojos…vuelvo a sentirme como cuando era un niño.
Las fantasías que perseguía, estaban escondidas debajo de mi cama, y un hada pequeñita era la que me la custodiaba.
Labios de un color rojo que pintaban las sabanas que me tapaban, esa dulce almohada que por la noche me enamoraba, de un plumazo se esfumo.
Eran cuatro las paredes que me
separaban de lo bello, ahora se han convertido en el cuadro de mis sueños, los
cuales voy pintado de los colores que iba inventando, dejar que seque las
acuarelas mientras se consumía la vela
de la pasión.
En mi cuello un amuleto que me
regalaron, sentí como el viento intento arrebatármelo, pero pudo más mi
corazón.
Siempre estoy con mis historias
algunas alegres y otras no tanto, pasare por encima de las iglesias y me
besaran todos los santos, llorare a destiempo creando unos bonitos cuentos que
con la cosecha se harán menos jóvenes, pero con más talento.
Siento que todavía estas, cuando
despierto empiezo a llorar, quito a las aves todas sus plumas, estoy haciendo
unas alas para poder estar junto a ti.
Quisiera volar tan alto, que no se vea
la tierra ni el asfalto, el mar ni las montañas y maldeciré a esa guadaña que nos
ha alejado sin tan siquiera podernos despedir.
Poco a poco según va pasando el
tiempo, brotara esa semilla que tengo en mi interior, las regare con esas novelas
que te gustaba tanto leer sentado en tu salón.
Ese el duelo…desenfunda tu pistola más
rápido, el sol ya no calienta, ni la luna me enseña la letras de esa canción, por
lo tanto la tormenta no moja porque se ha hecho mayor.
Iré por el camino, llorando lágrimas de cocodrilo.
Campanas que ahora doblan y no dejan que se escuchen mis palabras, tendrán su castigo, pues su sonido a mí ya no me asusta.
Dedicado a mi Padre. Hoy cumpliría 70 años, BESOS aya donde estés.
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