Historia
que la he hecho mía, angustia y desolación que me llevaban a la mediocre vida y
a la melancolía.
Ahora
ya tus besos ya no los necesito, esos besos que siempre iban conmigo, en una
maleta las amontone y la metí en un tren sin dirección que se la llevo lejos de
mi corazón. Mi
salvación, los poemas que te escribí, la tuya el no leerlos.
Me
siento como un relámpago sin luz que sin energía se quedó, pase de la angustia
de no tenerte a pertenecer a tu cruz. Labios
de fresa que envenena los pensamientos con el que te di mi amor, si bien tú no quisieras
verlo, tire casi mi vida por sentirte a mi lado. Como
una cárcel sin rejas de palomas sin vida, hormigas que en fila desfilan,
arboles sin raíces que sobreviven gracias a la lluvia de noviembre. El llorar como antes, no me sirvió para nada, el
no tocarte solo hizo que me precipitara en el valle de la desolación. La menta
que me refrescaba en el mes de abril se secó y a su tiempo el jazmín, por mis lágrimas
saladas. Retorcida vuelta al olvido, me lo tengo bien merecido por volver a
creer en ti…….
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