GLADIADOR
Arde mi cabeza, que estudian mis pensamientos. Quizás como
almas en pena o tal vez como mil demonios ansiosos de deseos. Fundo
mi rostro delante del espejo, que alivio con agua del estanque de mis ambiciones. Extraño
y saco conversación con mi propia imagen que se tapa los oídos para no
escucharme, está cansada de que siempre le cuente lo mismo. Rayo con una piedra
en forma de cruz, repetidas veces hasta no verme reflejado en él. Mientras tanto mi sombra negra
y enfermiza no aguanta mi peso y se rompe a mi paso, ya no tengo nada que me
pertenezca, y mi voz la perdí en el mes de abril. Tambores que suenan y retumban mis oídos y un fuerte pitido no para de
zumbar por mi interior, saltare de lo más alto, rozare el cielo, moriré en
pleno vuelo por sentirme un pájaro burlón. Triste desembarco de
marineros muertos, ahogados en el intento de sentirse parte del mar.....
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